Para que la reparación sea exitosa y, sobre todo, duradera, ya que es común que después de unos días la suela se vuelva a desprender, es necesario usar el pegamento adecuado, por lo que tendrás que comprar pegamento de contacto (mejor si es especial para zapatos).
Es importante que el pegamento que utilices tenga cierta elasticidad porque la suela y el zapato sufren presiones durante el acto de caminar y, si usas los clásicos pegamentos "pegajosos", tus zapatos se despegarán inevitablemente.
El pegamento de contacto, en cambio, se basa en un caucho sintético, el neopreno, que tiene cierta elasticidad y, por lo tanto, resiste los movimientos que se producen al caminar.
Sin embargo, tiene un inconveniente: pierde sus cualidades si entra en contacto con la humedad o si se le somete a una presión demasiado fuerte, así que no utilices las zapatillas que reparaste cuando llueva y no empieces a correr cuando las lleves puestas.
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